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sábado, 28 de junio de 2025

El cadáver del canapé

Un millonario excéntrico organiza cenas temáticas el primero de cada mes. Pero, en la última cena, aparece un cadáver que no estaba invitado. ¿Arruinará la velada?

***

Lord Mariano Chin Pum organizaba su cena temática como cada mes, solo porque su mayordomo Gregorio no le dejaba adoptar más gatos. Esta vez el tema era "Asesinato a las ocho". Y a las ocho en punto cayó el cadáver.


—¡Maravilloso! —exclamó Mariano, con su copa de cava en la mano—. ¡El autor de este detalle tan realista merece un Óscar o dos!


—¿Alguien ha probado los canapés? —preguntó Lady Mermelada, mientras examinaba el cadáver con su monóculo.


Los invitados, una mezcla de aristócratas, artistas sin talento y un tipo extraño que decía ser "influencer de misterio", se miraron entre ellos. Nadie parecía reconocer al muerto.


—Gregorio, ¿Invitamos a este señor? —preguntó Mariano, registrando los bolsillos del cadáver por si traía cigarrillos.


—No milord. Solo enviamos 17 invitaciones. Este sería el número 18. O un polizón. O quizás un espíritu vengador.


Mariano aplaudió. 


—¡Un espíritu vengador! Maravilloso. ¿Se dan cuenta? ¡Ni Hitchcock llegó tan lejos!


Gregorio carraspeó. 


—Señor... temo que el muerto es real. No respira, no parpadea. Y tiene una pierna de plástico.


—¡Vaya! Tenemos un cadáver con detalles artesanales.


Mientras tanto la señorita Rosa Mosqueta, experta en flores venenosas, husmeaba alrededor del cuerpo.


—Esto no es sangre —dijo, mojando el dedo y probando—. Es ketchup. ¡Y del barato!


La sala enmudeció. El pianista dejó de tocar. Todos sabían que en casa de Lord Mariano, usar ketchup barato era un sacrilegio gastronómico. El chef había desaparecido por usar mayonesa con almidón.


Mariano se quitó el sombrero de detective y miró a sus invitados.


—Bien. Hasta que se resuelva este misterio, nadie podrá marcharse. Gregorio, cierra las puertas y trae más cava.


Entonces Lady Mermelada lanzó una pregunta perturbadora:


—¿Y si el asesino está entre nosotros?


Mariano sonrió y un silencio espeso se coló en la habitación. Incluso el cadáver pareció incómodo.


Se creó un comité improvisado de investigación: Rosa Mosqueta, por su habilidad con los venenos; el influencer, por su habilidad con los selfies; y Gregorio, porque era el único con sentido común en esa cena de locos. Observaron la escena y descubrieron que:


1. El cadáver tenía una entrada a nombre de Pablo Cosquillas.


2. Pablo era crítico culinario y había publicado una reseña horrorosa sobre los canapés de Lord Mariano, llamándolos, "insultos al paladar".


—¡Ajá! Entonces fue usted —acusó Rosa Mosqueta—. ¡Usted tenía un motivo!


—¡Por supuesto que tenía uno! —respondió Mariano furioso— pero eso no significa que haya ensuciado mi alfombra persa con sangre de ketchup. ¡Por favor! yo tengo clase.


Entonces el cadáver estornudó.


—¡Está vivo! —gritó Gregorio.


—¿Dónde estoy? —susurró el hombre, incorporándose con una cierta torpeza—. ¿Esto es... foie gras?


Pablo Cosquillas despertó confundido.


—Me dieron un canapé, lo probé, insulté a alguien y luego todo se volvió rojo.


El influencer le preguntó por la nota de su espalda, transmitiendo en vivo.


Pablo la leyó confundido. 


—Ah, esto... Esto lo escribí yo. Era una crítica. Me quedé dormido escribiéndola. ¿Donde está mi cuaderno?


Mariano suspiró aliviado. 


—Gregorio, cancele la autopsia. 


Esa noche, nadie resolvió el misterio del ketchup barato, pero todos brindaron por Pablo, que había vuelto del más allá.


Y por supuesto Lord Mariano ya pensaba en su próxima velada: "Crimen y castigo con chocolate".

***
Nota: Este relato es un guiño a la película "Un cadáver a los postres" y participa en el reto de junio sobre "Relatos anónimos" del Tintero de Oro.

jueves, 26 de junio de 2025

Nueva sección

Inauguro 《Miradas》 con este artículo.

¿Qué es la demencia por cuerpos de Lewy y cómo afecta en el día a día?

Una forma cercana de tratar la información. Espero que os guste, todos los artículos que comparta quiero hacerlo en esta línea más próxima al lector.



miércoles, 18 de junio de 2025

Pura adolescencia

Esther y su diario

Es hora de acostarse y Esther se acomoda entre sus sábanas de flores. Abre el cajón de su mesita y saca su diario. Es el momento de plasmar sus secretos, sus sueños.
Coge su bolígrafo, lo posa sobre sus labios, no sabe por dónde empezar. Pero pronto encuentra las palabras adecuadas.

Querido diario:
Hoy ha sido un día maravilloso. Esta mañana,  como cada día, Jaime se ha sentado junto a mí en clase de matemáticas... es tan guapo. Por un momento me he perdido en el océano de sus ojos; transmiten tanta luz, tanta bondad, que me he quedado ensimismada mirándolo. 

De repente, se ha girado y me ha devuelto la mirada. He sentido cómo me sonrojaba, el calor en mis mejillas... De nada me ha servido intentar disimular. 

Y entonces ha pasado algo que no esperaba: 

¡Me ha pedido una cita para este viernes! Iremos a la bolera. 

Por fin ha llegado ese momento tan esperado.

Esther cierra el diario con una sonrisa. No sabe si podrá dormir esta noche, pero sí que no olvidará jamás este día.

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Estas Letras Nómadas son mi aporte a la propuesta de Ginebra en su blog Serendipia. El tema propuesto es Pura adolescencia.